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Como era esperado descendió del coche sin problema, llevaba un vestido amarillo claro, pálido, que le quedaba a las rodillas, espectacular...   su cabello al natural, castaño claro, bailaba  por encima de sus hombros de una forma particularmente seductora.

El viento soplaba fuerte, lo que ocasionaba que el cabello cubriera de forma misteriosa los rasgos de su cara, pero sin lograr esconder el angulo recto de su nariz.

El plan ya estaba trazado y no podían permitirse errores.  Carlos lo sabía de sobra.

Elis Dio el primer paso  dentro del estacionamiento sin problema y como solía ser en ella se dirigió con paso firme hacia la boutique.

Carlos sabia que debía actuar rápido, que no había ocasión para la duda, así que salió de su escondite detrás del poste de concreto, se dirigió con seguridad a  donde se encontraba Elis, como el rayo que cae, Carlos  dirigió su mano a la cabeza de Elis y tras un rápido movimiento ella se encontraba inconsciente.

El vehículo que aguardaba quemó llanta y llegó rápidamente hacia donde se encontraban, Carlos cargó el cuerpo de Elis hasta la parte trasera del vehículo y cerró la puerta tras él. Entro  sin problema al asiento del copiloto y como si nadie lo hubiese notado el vehículo salió disparado hacia la autopista de noche.

-por Humberto Cruz , abril2010-

* No relacionado con la medicina pero quise publicarlo