Café y de las patas negra,
brincaba sobre la reja,
para ver cuando llegaba
mi madre con la despensa.

De atenta nació cariño,
acudió siempre la nena,
y fue siempre distintivo,
el trato que dio la fiera.

nació su primera cría,
negro de pies a cabeza,
que llenó con alegría,
el patio de esta cochera .

Que compañeros aquellos,
viajaron juntos las calles,
acompañandose sinceros,
cuidandose los detalles.

Vinieron más lindos  felinos,
más patas de más colores,
fueron muchos los destinos
que provocaron dolores.

Madre nació desde dentro,
portando piel defensora,
siempre cuidando de ellos,
jamás llegaba a deshoras.

Y es así como yo digo,
siendo amorosa madre,
que rápido adios nos dijo,
dando su vida al salvarles.

por Luis Humberto Cruz Contreras

(*En memoria de Gatúbela)